Embarazo de alto riesgo: Qué es, síntomas y cuidados

Imagen de portada del artículo Embarazo de alto riesgo

Un embarazo de alto riesgo es cuando la madre y el bebé tienen más probabilidades de complicaciones durante la gestación y el nacimiento.

Dichas complicaciones pueden ser causadas por una variedad de factores, como enfermedades crónicas de la mujer, malformaciones congénitas en el feto, factores genéticos, edad materna avanzada, entre otros.

Sin embargo, con la atención médica oportuna en clínicas de fertilidad confiables, una mujer con un embarazo de riesgo, puede llegar al término de la gestación y tener un parto satisfactorio.

Tipos de embarazos de alto riesgo

Los embarazos de alto riesgo se pueden dividir en dos grupos fundamentales:

  • Embarazos de alto riesgo por alteraciones maternas: incluye una serie de condiciones en la mujer que perjudican la gestación. Algunas de sus principales causas son diabetes mellitus, hipertensión arterial, infertilidad, infecciones, etc.
  • Embarazos de alto riesgo por alteraciones en el feto: abarca condiciones propias del bebé que dificultan el desarrollo normal del embarazo. Algunos ejemplos son crecimiento retardado, malformaciones congénitas, fetos múltiples y anemia fetal.

Factores de embarazo de alto riesgo

Infografía con los factores de un embarazo de alto riesgo

Existen varios factores que determinan que un embarazo sea de alto riesgo. Entre los más comunes están los siguientes:

  • Edad de la madre: Las mujeres menores de 17 años y mayores de 35 tienen mayores probabilidades de presentar un embarazo de alto riesgo. Cuando la mamá es muy joven, su cuerpo todavía no está listo para la gestación y después de los 35 aumentan las posibilidades de malformaciones congénitas.
  • Enfermedades crónicas en la madre: las enfermedades como diabetes mellitus, afecciones del tiroides (hipertiroidismo e hipotiroidismo) y daños crónicos en los riñones pueden influir de forma negativa en el embarazo.
  • Antecedentes de infertilidad: las mujeres con dificultades para quedar embarazadas, abortos espontáneos o que ya han tenido hijos por reproducción asistida, tienes mayores posibilidades de tener un embarazo natural de alto riesgo.
  • Diabetes gestacional: es una condición que puede aparecer durante el embarazo y hace que el feto sea muy grande, lo que dificulta el parto. También puede causar hipoglucemia cuando el bebé nace. Generalmente desaparece después del parto y es más frecuente en personas con antecedentes familiares de diabetes mellitus.
  • Hipertensión arterial: el aumento de la presión sanguínea en la madre es un riesgo ya que el corazón necesita bombear con más fuerza la sangre. También puede dañar la placenta, y por tanto, dificulta que el bebé reciba los nutrientes que necesita para desarrollarse de manera apropiada. La hipertensión arterial puede aparecer antes o durante el embarazo.
  • Alteraciones genéticas: las enfermedades genéticas generalmente se heredan. Por lo que, cuando una mujer con este tipo de afección queda embarazada tiene más riesgo de desarrollar problemas en el feto e incluso sufrir un aborto espontáneo.
  • Hábitos dañinos: alcohol, tabaquismo, drogadicción son sustancias muy perjudiciales para el feto y pueden provocar malformaciones.
  • Enfermedades infecciosas: la aparición de una infección seria durante la gestación puede elevar los riesgos para la madre y el bebé. Neumonías, Covid-19, VIH/SIDA y otras infecciones de gran envergadura pueden entorpecer la evolución del feto en el vientre materno.
  • Enfermedades de la sangre: los problemas sanguíneos como trastornos de la coagulación, alteraciones en las plaquetas, la anemia y otras condiciones de la sangre, representan un riesgo para el embarazo.
  • Antecedentes de embarazos o partos complicados: el riesgo aumenta para las mujeres que ya tuvieron embarazos o partos complicados. En el caso de las mujeres que lograron tener hijos por inseminación artificial y fecundación in vitro, si quedan embarazadas de forma natural, se considera un embarazo de alto riesgo.
  • Fibromas: los fibromas son tumores benignos que crecen dentro de la cavidad uterina o en el músculo que forma el útero. Como resultado ocupa espacio y en ocasiones impide que el feto crezca y se desarrolle de forma apropiada.
  • Embarazo múltiple: durante un embarazo múltiple surgen más posibilidades de presentar presión arterial alta. El parto vaginal se vuelve más difícil, por lo que se recurre a la cesárea para que los bebés nazcan con mayor facilidad.
  • Peso: tanto el bajo peso como la obesidad son factores de riesgo para la embarazada. Ten en cuenta que, normalmente, en el transcurso de la gestación se deben adquirir entre 11.5 a 16 kilogramos.

Síntomas de un embarazo de alto riesgo

Ante cualquiera de los siguiente síntomas, se debe sospechar un embarazo de alto riesgo y es necesario buscar atención especializada de inmediato:

  • Flujo o sangramiento por la vagina
  • Dolor o malestar en el abdomen que no se alivia
  • Aparición de contracciones o aumento de la cantidad de las mismas
  • Falta de aire y dolor de pecho
  • Cansancio excesivo que impide las actividades cotidianas
  • Mareos
  • Desmayos o pérdida del conocimiento
  • Movimientos del feto disminuidos o ausentes, entre las semanas 18 y 22 (alrededor de los 5 meses), que es cuando la madre empieza a sentir los movimientos del bebé
  • Fiebre de 38°C (100.4°F) o más
  • Aumento de los latidos del corazón (palpitaciones)
  • Incremento en la frecuencia e intensidad de las náuseas y vómitos habituales
  • Dolor de cabeza fuerte que no desaparece y se vuelve peor con el paso del tiempo
  • Hinchazón, enrojecimiento o dolor en la cara o las extremidades
  • Aumento o pérdida de peso
  • Hinchazón de las manos y pies.

¿Cómo se diagnostica un embarazo de alto riesgo?

Un embarazo de alto riesgo se diagnostica mediante el seguimiento continuo en consultas y la realización de exámenes a la embarazada.

Seguimiento en consultas

El seguimiento de la embarazada en las consultas comúnmente se divide en dos etapas fundamentales: la entrevista y el examen físico.

Entrevista

En la consulta inicial, el doctor hace una serie de preguntas que le ayudan a determinar las condiciones generales de salud de la futura madre. El especialista crea un historial con los datos principales de la embarazada que incluyen:

  • Edad: permite identificar si la mujer está en una edad de riesgo para la gestación.
    Antecedentes de alguna enfermedad: considera si la embarazada sufre de hipertensión arterial, diabetes mellitus, asma bronquial, alergias o cualquier otra afección perjudicial.
  • Antecedentes familiares de algún tipo de padecimiento: la embarazada tiene mayores probabilidades de comenzar con presión alta o diabetes gestacional cuando sus familiares cercanos son hipertensos o diabéticos.
  • Historia reproductiva anterior: el doctor pregunta a la mujer el total de embarazos que ha tenido. En caso de gestaciones anteriores, cómo transcurrió el proceso hasta el nacimiento, si presentó alguna complicación, qué tipo de parto tuvo (vaginal o cesárea), entre otros datos.
  • Historia actual: en este punto el especialista pregunta todo sobre el embarazo. ¿Cuál es la fecha de la última menstruación? ¿Qué síntomas ha tenido desde entonces? ¿Cómo se siente de forma general? E indaga si la mujer ha tenido secreciones vaginales o sangramiento.
  • Hábitos tóxicos: se refiere al consumo de alcohol, cigarrillos u otra sustancia que puede ser perjudicial para el embarazo.

En las consultas siguientes, el doctor siempre hace preguntas para saber cómo va marchando la gestación y se basa en la información recolectada en la primera consulta. La entrevista es un paso indispensable para diagnosticar un embarazo de alto riesgo en cualquier etapa.

Examen físico

Luego de cada entrevista, el especialista examina a la mujer para ver si el cuello del útero está cerrado y si la altura del útero es la adecuada para el tiempo de embarazo. También observa si los pies se hinchan, lo cual puede ser un indicio de hipertensión arterial.

En las fases avanzadas del embarazo, mediante la palpación del abdomen, el doctor puede saber si el bebé está en la posición correcta para el parto vaginal (posición cefálica). Esto es importante porque, de ser necesario, ayuda a planificar una cesárea con tiempo.

El especialista también cuenta la cantidad de contracciones que tiene la mujer en 10 minutos, lo que ayuda a saber si el útero está funcionando de manera correcta y la mujer no tiene amenaza de parto antes del tiempo esperado (parto pretérmino). Ten en cuenta que hay contracciones antes de la semana 30 pero son poco frecuentes y no son dolorosas.

Estudios y exámenes

De acuerdo con la información obtenida en la entrevista y durante el examen físico, el doctor puede indicar una serie de pruebas que le ayudan a mejorar su diagnóstico y verificar si la mujer tiene o no un embarazo riesgoso.

Entre los estudios más importantes se encuentran:

  • Ultrasonido: permite ver el feto y detectar malformaciones congénitas o retrasos en el crecimiento.
  • Pruebas de sangre: sirve para diagnosticar anemia, infecciones, nivel de azúcar en sangre y grasas, entre otros.
  • Examen de orina: para detectar proteínas en la orina (indicio de fallo de los riñones y de presión alta). También es útil para descartar infecciones.
  • Alfafetoproteína: mide la cantidad de alfafetoproteína presente en la sangre de la embarazada. Permite diagnosticar defectos de nacimiento y problemas de nacimiento. Se realiza entre las 15 y 20 semanas de la gestación.
  • CTG: es una prueba que mide los latidos del corazón del feto y cómo cambian durante las contracciones del útero materno. Un CTG alterado puede ser una señal de que el bebé no está recibiendo el oxígeno suficiente a través de la placenta.
  • Perfil biofísico: consiste en una prueba que ayuda a conocer si el bebé recibe el oxígeno suficiente, cómo son sus movimientos, latidos del corazón y la cantidad de líquido amniótico que hay alrededor del feto.

De acuerdo con las características específicas de cada mujer, el especialista puede indicar más exámenes. Por ejemplo, si existen antecedentes de enfermedad genética en los padres o la familia, es muy probable que sea necesario hacer exámenes genéticos al bebé como:

  • Amniocentesis: se extrae un poquito del líquido amniótico que rodea el bebé y se analiza para detectar enfermedades genéticas.
  • Biopsia coriónica: se toma una pequeña muestra de las vellosidades de la placenta y se le realizan estudios genéticos.

Es importante decir que los exámenes para diagnosticar un embarazo de alto riesgo dependen de cada caso específico.

Precauciones en un embarazo de alto riesgo

Entre las principales precauciones en un embarazo de alto riesgo que debes tener en cuenta se incluyen las siguientes:

  • Acudir a todas las consultas programadas por el doctor para saber cómo está evolucionando el embarazo y seguir estrictamente las indicaciones médicas
  • Realizar todos los exámenes indicados por el especialista
  • Alimentarse de forma saludable, con una dieta baja en grasa de origen animal y rica en frutas y vegetales
  • Evitar el estrés
  • Limitar el consumo de dulces según las indicaciones del especialista
  • Dormir 8 horas en las noches
  • Consultar con el especialista si las relaciones sexuales no afectan tu embarazo. El coito generalmente no ofrece ningún peligro para la gestación, pero hay casos específicos en los cuales puede aumentar las contracciones del útero.

¿Cómo puede prevenirse un embarazo de alto riesgo?

Es posible prevenir un embarazo de alto riesgo tomando una serie de medidas como:

  • Planificar la gestación entre los 18 y 34 años de edad.
  • Tomar ácido fólico unos meses antes de salir embarazada, ya que previene las malformaciones en el feto. Se toma también durante el embarazo, pero si lo ingieres desde antes, las reservas de esa vitamina en tu cuerpo serán óptimas.
  • Evitar el consumo de alcohol, drogas y tabaco.
  • Recibir atención médica apropiada para compensar cualquier enfermedad que padezca la mujer antes de quedar embarazada.
  • Identificar los posibles riesgos para la futura gestación.
  • Lograr un peso corporal adecuado.
  • Si la mujer toma algún medicamento, es necesario que lo consulte con su médico para que le explique si es seguro seguir tomándolo al quedar embarazada.
  • Iniciar el control prenatal tan pronto como se sepa del embarazo, para poder detectar cualquier problema a tiempo.

Es importante recordar que cada embarazo es único y que, incluso con las precauciones necesarias, pueden surgir complicaciones, pero siempre serán menores si tienes en cuenta estos cuidados.

 

Un embarazo de alto riesgo puede tener un final feliz

Con los avances científicos y las técnicas de reproducción asistida que existen en la actualidad, una mujer puede tener hijos de manera más segura.

Si tienes algún problema de fertilidad u otra enfermedad que implique un embarazo de alto riesgo, en FertilT tenemos los especialistas correctos para ayudarte. Agenda una cita con nosotros.

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